Naty, la viajera.

Por Micaela Llosa | 5 de noviembre 2015
6 Comentarios

Naty Muñoz es una persona a la que realmente admiro. La conocí allá por los tiempos de Trapos y Perchas y tuve la oportunidad de viajar con ella a comunidades que se encontraban a más de los 4,000 metros de altura para instruir a las mujeres de la zona en diversas técnicas de tejido.
Libre en todo el sentido de la expresión, te invito a que la conozcas un poco más de cerca y te inspires con lo que ella ha hecho de su profesión; una pasión.

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¿Hace cuánto comienza esta aventura de viajar por el Perú y como así llegas a hacer lo que haces?

Mis aventuras de viajes e interés por los textiles tradicionales comienzan hace 20 años, cuando tenía 18 (empecé con mis primeros viajes y conocí mas de cerca los textiles tradicionales).

Ya desde ese entonces, sabía que mi vida estaría ligada a este mundo de textiles, colores, gente hermosa y mucho aprendizaje, cuando mi mamá me dijo, luego que vio un artículo en un diario, sobre Olga Zaferson y el taller que estaba dictando, «esto es lo que a ti te gusta» y tenía razón.

Luego ese mismo año, decidí estudiar la carrera de diseño de moda y desde un comienzo mi gusto por los textiles tradicionales y  mis conocimientos adquiridos en casa, por los tejidos, era notorio. Entré a  practicar a una empresa de exportaciones de prendas tejidas y así fue como una ONG conoce mi trabajo y me invitan a trabajar dando asesoramiento en tejido a tejedores  del cono sur de Lima, esto me lleva a conocer mas de 100 talleres entre Villa el Salvador, Villa María ( mi barrio) San Juan de MIraflores, Pachacamac y Chorrillos; recorrí todos estos distritos, sobre todo, los pueblos jóvenes y asentamientos humanos. Esta Ong fue la que luego me pide que empiece a hacer los viajes de consultoría en diseño y desarrollo de producto.

Así empiezan profesionalmente las aventuras de los viajes en el año 2000. Poco a poco el compromiso fue creciendo y me di cuenta que no se trataba solo de ir a diseñar y capacitar. Se trataba de aprender, se trataba de identidad, de reivindicación, de memoria, de empoderar mujeres, de conocer a un país diverso.
El tejido en mi vida me empoderó, pocos saben que pasé por una relación de violencia doméstica con el padre de mi hijo, cuando nuestra relación terminó, era dependiente emocional y económicamente de alguien más: el textil, se  convirtió en mi oportunidad de ser independiente, de empoderarme y quiero esa misma oportunidad para todas las mujeres que conozco, quiero que se den cuenta que si es posible desde el textil, construir una vida digna para nosotras y para nuestros hijos.

¿Qué aprendes y que enseñas en las comunidades a las que visitas?

Aprendo de tradicionales textiles, de historia, de valentía, de mujeres luchadoras, aprendo sobre humildad y nobleza. Aprendo que es importante no rendirse. Y que llegar ahí, significa una oportunidad para mi y para las mujeres con la que me toca compartir.

¿Qué enseño? Pues sobre diseño de prendas, sobre colores, sobre desarrollo de colección y  desarrollo de producto, a veces cambio meto mi cuchara y enseño sobre identidad y sobre algunos temas de gestión de empresas. En muchas comunidades es importante decirles, que sus textiles tradicionales, son un gran valor, cultural y económico y que deben cuidarlo y mantenerlo y en algunos casos rescatarlos.

¿Cuál ha sido el viaje en donde más feliz has sido y por qué?

Es un poco difícil decir eso, pero tengo una conexión especial con Huancavelica, es uno de los lugares al que he viajado mas y creado relaciones de amistad y de trabajo muy bonitas.

Otro lugar especial para  mi, es la comunidad nativa de Miaria de la etnia Yine-Yami en el Bajo Urubamba, Cusco. Llegué en un momento un poco difícil y triste de mi vida, pero fui recibida con tanto cariño, alegría y ganas de aprender de las señoras, que se creo un bonito vínculo. Es un lugar al que volvería mil veces.

¿Qué es lo que más valoras de los trabajos hecho a mano con tus comunidades?

La capacidad de los artistas textiles de hacer cosas tan hermosas y exquisitas con elementos tan simples y primarios, eso me parece una genialidad, de contar historias de vida, las mismas están plasmadas en sus obras.

Que esta actividad pueda significar una alternativa económica y que a través del textil se pueda fortalecer el tema de identidad.

Pero, tal vez, lo que más me gusta del tejido, es esa cualidad de ser tan del hogar, tan del día a día,tan de madre a hija, tan de padre a hijo, tan de amiga a amiga, tan simple y tan complejo; tan de un hilo que se convierte en vida, entre charlas, miradas, sonrisas, lágrimas e ingenio; tan cálido y tan protector; tan de manos que se entrelazan creando sentimientos eternos…

Aprecio mucho, el que esto sea aprendido de madre a hija o de abuela a nieta,  porque esto alimenta un vínculo de familia que para mi es tan importante, porque es exactamente mi historia, como yo aprendí todo esto, de mi madre y como mi hijo aprende de mi.

¿En qué proyecto estás actualmente?

Actualmente estoy en dos proyectos: uno con la etnia shipibo de la comunidad de San Francisco de Yarinacoha en Pucallpa, que ha sido uno de los proyectos más satisfactorios , por todo lo que estamos logrando en conjunto con las bordadoras. Estamos viendo todo el tema de teñido y pintado con plantas y bordado, así como también la recuperación del xao kené, que es el kené antiguo ( kené se le llama a los diseños shipibos)  y la recuperación de la técnica  llamada morín, que consiste en la aplicación bordada de una tela en color crudo en forma de cinta.

El otro proyecto en el que estoy es en Cajamarca, con 4 comunidades:

-Tacabamba, donde estamos trabajando telar de cintura, con la técnica del teñido en reserva en urdimbre ( técnica tradicional que solo se desarrolla en Cajamarca y tambien se conoce con el nombre de ikat).

-Contumaza, donde estamos haciendo trabajo con crochet.

-Cuyumalca, con trabajo en telar de pedal

-y San Miguel, con diseños en telar de cintura.

¿Qué lugar del Perú te gustaría explorar en cuanto a técnicas artesanales?

He viajado bastante por el Perú: Amazonas, Pucallpa, Cusco, Piura, Huanuco, Junin, Puno, Arequipa, Moquegua, La libertad, Tumbes, Cajamarca , todo el país es un lugar explorable, por la diversidad de técnicas textiles, hay mucho por aprender, me pregunto si me alcanzara la vida para conocer todo lo que queda pendiente; pero tengo dos lugares a los que me gustaría ir pronto, uno es Tupe en Yauyos, Lima  y el otro es San Ignacio de Loyola en La libertad, con quien el próximo año  iniciaré un interesante proyecto personal.

La memoria de mi corazón está en mis manos, cuando creo, cuando tejo, cuando amo.

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6 Responses to “Naty, la viajera.”

  1. Pochi dice:

    Me encanta lo que haces,felicitaciones

  2. mariana pease dice:

    Me encantó leer sobre tu hermoso trabajo!

  3. Patricia Horna dice:

    Conozco a Naty Muñoz y puedo decir que es una persona apasionada por su trabajo. Es una profesional que deberían nombrarla embajadora del Perú. Es una artista (por que ella lleva el arte en las manos) que hace del trabajo artesanal peruano una identidad. Enseña no son lo que saben si no a saber valorar lo nuestro y que se siga manteniendo a través de las generaciones Felicitaciones Naty, que sigan los reconocimientos.

  4. Anónimo dice:

    Muchas felicidades naty eres un orgullo para el Perú tu amiga Sara que nos conocemos desde la niñez

  5. Mercedes dice:

    Es loable tu labor en la que ayudas a recuperar las diversas tecnicas de este hermoso arte del tejidos suerte y a segir para adelante

  6. Odile dice:

    Tienes toda la razon cuando dices que el tejido encierra, amor, lagrimas, passion, Amistad, etc….es maravilloso ver como nuestras compatriotas hilan y esta tradicion aun se puede pasar de madra a hija y de abuela a nieta y hay que rescatar mucho. Te deso todo el exito del Mundo.

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