Cómo calmar una mente femenina ( en palabras de una runner)

Mi linda amiga Lorena Salmón, a quien conocí gracias a este deporte, me pidió escriba sobre cómo una runner puede controlar su propia mente. Les voy a contar un poco de mi historia para poder intentar dar una respuesta.

Cuando era chica no le encontraba sentido al deporte. Tanto mi papá como mi mamá fueron siempre muy deportistas, y desde que tengo uso de razón me lo inculcaron. Después del colegio siempre tenía clases, ya sea de natación, tennis o golf… Yo iba a las clases, pero no con mucho entusiasmo. Iba porque no me quedaba otra. Es más, mi mamá siempre me sacaba los domingos a caminar, ni siquiera mucha distancia, y yo lloraba para no salir, sufría, hacía pataleta. Me preguntaba: ¿Por qué la gente hace deporte?, ¿Por qué quieren que haga deporte? Realmente no entendía. Yo prefería quedarme en mi casa, ver una película, tomar lonche. Cualquier otra actividad me parecía superior.

Y bueno, la vida fue pasando, y en mis años de adolescente, alrededor de los 15 años, sin querer queriendo y casi sin darme cuenta, cada vez que me sentía mal, que tenía un problema, que quería romper la pared a cabezazos (y no podía), se me ocurría ponerme mis zapatillas y salir a correr… Y es así como, poco a poco, fui encontrando en este deporte un espacio, un respiro, un momento de silencio, de calma. Una forma de entrar en contacto conmigo misma, de poner “pausa” en mi mundo, para luego regresar a él con una mejor actitud, con un cambio de perspectiva que me permitiría ver todo de una manera más positiva. Se convirtió en una terapia, en un espacio de descarga, de alivio. Y desde ese entonces, no paré, me enamoré. Tardó varios años, pero por fin le encontré sentido al deporte.

Un par de años después, empecé a correr más seguido, ya que, motivada por mi papá, comencé a entrenar para correr medias maratones. Salía feliz todos los días con Peru Runners. Empecé a aprender algo de técnica, de cómo entrenar, qué hacer, qué no hacer, etc. Y así, me fui enamorando también del entrenamiento.

Es importante, como en cualquier otra actividad en la vida, encontrar un equilibrio, un balance. La competitividad, el exceso de entrenamiento, de técnica, de metas, de récords, de relojes, pueden hacer que este lindo deporte (o la vida misma) se vuelva muy mental y pierda su esencia, su corazón. Hace algunos años me pasó. El running dejó de ser ese espacio de libertad, se convirtió más en una obligación autoimpuesta que en un deseo. Me desenamoré.

Si la mente nos controla nos juega sucio, y esta puede hacer que el running (o cualquier otra actividad de la vida) pase de ser un deseo a una necesidad, convirtiéndola en una adicción. Debemos estar atentos y aprender a callar la mente, para que esta no nos vuelva esclavos del deporte. Seamos libres, para hacerlo, o para decidir no hacerlo.

En fin, me di cuenta de que había perdido mi libertad, y decidí dejar de correr. Estuve un año en huelga. Dejé abandonado mi Garmin y colgué las zapatillas. Y es así como, luego de una larga pausa, el running volvió a mí, de manera natural, como cuando tenía 15 años.

Hoy por hoy correr es para mí un espacio de meditación. Cuando uno corre, uno puede callar la mente, encontrar la quietud debajo del ruido mental. ¿Cómo dejar la mente ir mientras uno sale a correr? Concentrándose en la respiración, inhalando y exhalando, uno se hace presente. La respiración es el ritmo de la vida, debemos aprender a respirar más lento. La respiración es clave para aprender a usar nuestra mente, sin dejar que esta nos controle. Algunas personas me comentan que cuando salen a correr no pueden parar de pensar. Mi consejo es que se concentren en la respiración, con paciencia y con la práctica, podrán encontrar en esta actividad una forma de meditación en movimiento.

Información acerca:
Me encuentran todos los lunes y miércoles a las 6am al frente del Starbucks de Miguel Dasso, en San Isidro; y los sábados 6:30am frente a la explanada del hotel Country.

Tags: calma, mente, running