Yoga para mamás y bebés

Por Lorena Salmón | 26 de abril 2016
1 Comentario

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Por Luciana Ratto

Cuando me enteré que estaba embarazada supe que mi vida iba a cambiar completamente, sin embargo no tenía la menor idea de la gran transformación que no sólo mi cuerpo, sobretodo mi mente y mi espíritu ya habían iniciado hace unas semanas atrás. Yo me enteré que la luz de mis ojos, Luana, se estaba formando dentro de mi cuando ya tenía 8 semanas de gestación y mi primera preocupación como cualquier madre primeriza fue ¿estará bien? Durante ese tiempo yo continúe realizando mi práctica intensa y diaria de Ashtanga Yoga, un estilo dinámico en donde cada movimiento es seguido de una respiración, hay muchos saltos y lo más alarmante durante toda la práctica es que se contrae el abdomen bajo, justamente lo que está contraindicado en el embarazo. Automáticamente deje de saltar y de ajustar pero mi práctica siguió siendo religiosamente 6 días a la semana haciendo toda la primera y hasta la segunda serie de Ashtanga. La regla que aplique fue escucha a tu cuerpo, y fue así como poco a poco deje de hacer las posturas en las que apoyas el abdomen, las de fuerza, las torsiones y las vinyasanas.

Desde hace unos años atrás venia dictando clases de yoga prenatal, pero vivirlo en carne propia era completamente diferente. Cada día que pasaba observaba como cambiaba mi cuerpo y mi mente, sentía como mi bebé se formaba dentro de mí, mi piel se estiraba y el coctel de hormonas propio de la gestación se movía dentro de mí. El poder mantenerme ecuánime ante las diversas circunstancias -práctica en la que había adquirido cierto nivel- cada día era más difícil. Cuatro meses antes de quedar embarazada había pasado una temporada en la India, en un viaje mágico hacia mi interior en donde pude encontrarme conmigo misma y hallar ese estado que busque durante toda mi vida, el de no apego, de mantener una actitud equilibrada ante cualquier experiencia positiva o negativa que me suceda y sobretodo gozar de un ánimo estable. La India es maravillosa pero dura y me dio muchas lecciones de vida. Durante mi embarazo podría decir que mi práctica de asanas fue de maravilla, inclusive me paré de cabeza un día antes de romper la fuente, sin embargo mi mayor reto y el examen a todo lo aprendido en la India fue controlar mi mente y mis emociones (ESO ES EL VERDADERO YOGA – controlar las fluctuaciones de la mente). Siempre que tomaba conciencia que mis pensamientos me estaban jugando en contra, corría a mi mat en donde a través de mi respiración y algún movimiento podía volver a mi centro y acercarme a ese estado de paz, de relajación profunda que solo después de una práctica intensa el Shavasana(la postura del cadáver) te lo da como premio; claro muchas veces esto sucedía en la calle, entonces cerraba los ojos y simplemente escuchaba mi respiración… algo tan elemental que aunque no lo crean es la llave dorada hacia la calma mental.

Tras 7 años de práctica ininterrumpida sabía que cuando daría a luz tendría unas semanas de descanso, muchas personas me dijeron que debían pasar 40 días antes de volver a practicar y la verdad es que más allá de que mi cuerpo estuviera físicamente preparado para reanudar mi práctica, yo ya no era poseedora de mí tiempo y eso fue lo que me revelo el postparto.

Gracias al universo di a luz parto vaginal y natural con lo que la recuperación fue mucho más rápida y a los 4 días de parir el doctor me dio de alta, me dijo que ya podía hacer Yoga y al día siguiente empecé con los saludos al sol. Fue ahí cuando me di cuenta que no solo mi cuerpo había cambiado drásticamente sino también que yo ya no era dueña de mi tiempo, ya no podía programar, planificar ni organizar de pronto un llanto me hacía cambiar de dirección y dejar lo que estaba haciendo en ese momento para volcar todos mis sentidos hacia mi bebe, gran aprendizaje “el de soltar el control”. Cuando Luana cumplió 6 semanas empezamos a hacer yoga juntas, ya no había que parar y cagarla ahora éramos ella y yo danzando a través de cada asana (postura) al compás de mi respiración…esta es la maravillosa practica que ahora me toca compartir.

El yoga con mamas y bebés es una entretenida clase donde las mamás vienen con sus bebés para hacer yoga juntos. El objetivo es ayudar a esa espalda a soltar, relajar y estirar al mismo tiempo que afianzamos la conexión con nuestro bebe, fortalecemos nuestro cuerpo y calmamos nuestra mente. Todas las mamás junto a sus bebés son bienvenidas, con o sin experiencia en yoga, desde los 40 días/6 semanas del bebé hasta cuando gatea.

Las clases de yoga para mamas y bebes nos da la oportunidad de poder retomar un espacio para nosotras mismas, desarrollar una conexión mágica con nuestro bebe y sentirnos apoyadas con otra madres que están atravesando la misma etapa.

Luciana Ratto

Celular: 994356095

Mail: luchi2@hotmail.com

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One Response to “Yoga para mamás y bebés”

  1. Karla Manrique dice:

    Hola

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