Correr para donar

Por Lorena Salmón | 11 de abril 2017
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Hay héroes de todo tipo, muchos merecedores de capas. Muchos que además hacen lo que hacen sin contarle a nadie, en silencio, sólo porque les nace ayudar y son felices de hacerlo. Otros porque tienen una razón justa. Como Hans Portugal.

Hans hace un tiempo atrás corrió 21 km motivado por una fantástica idea: su madre se encontraba batallando contra el cáncer por tercera vez y aún así éste era agresivo, ella y su familia podían costear el increíblemente caro tratamiento que necesitaba. Hans frustrado ante la cantidad de personas que no tenían la misma posibilidad que su madre, decidió correr media maratón y pedir que por cada kilómetro corrido, un donante de sangre se sume a su causa.

Esta vez  repetirá el reto pero irá por más: 42km en la maratón de Lima este  21 de Mayo  y está buscando 42 patrocinadores por cada km que el corra que estén dispuestos a donar sangre en el INEN el sábado 28 de Mayo.

Este es su porqué:

¨Seis mil cuatrocientos dos soles con cincuenta y siete céntimos. Esto es una venganza. Hace un año decidí correr otra media maratón y cree el evento ¨correr para donar¨. Intente que la carrera sea un pretexto para conseguir fondos. No de dinero, no de alimentos si no de sangre. No diría que fue un éxito, tampoco un fracaso. Viví quince años con el cáncer cerca de mí. Demasiado cerca. Mi mamá logro vencer uno, dos, pero ya no tres. El objetivo fue conseguir un donante de sangre para el INEN por cada kilómetro que corría. He decidido correr nuevamente, pero ya no 21, si no 42 kilómetros. Ahora he de conseguir 42 donantes que puedan ser mis patrocinadores. Pido su apoyo. Un día el oncólogo a cargo le dijo a mi mamá que existían unas inyecciones que estaban hechas para lo que ella tenía, que esa era una opción para tratar de volver a combatir. Ella acepto. Ya saliendo del consultorio él le dijo que era privilegiada en tener esa opción, el no siempre daba esa chance porque sabía que no todos los pacientes podrían pagar seis mil cuatrocientos dos soles con cincuenta y siete céntimos. Ella era una privilegiada porque sabía que, con muchos esfuerzos, podríamos pagarlas. Y lo hicimos. Cada vez que iba a la clínica pensaba en lo injusto que era la vida con tanta gente. Su vida muchas veces dependía de si tenían o no dinero, así de injusto. Lo mismo pasa con la sangre en el INEN, hay gente que la necesita. Hay gente que la vende, hay gente que la compra y hay gente que no tiene la opción de conseguirla. Que más injusto que eso. Les pido compartir el evento, abstenerse de algunos gustos para poder donar. Hacer que la vida –literal la vida- sea menos injusta para algunas familias. El dolor de un pinchazo será casi proporcional al de mis piernas al cruzar la meta. Esto es una venganza. Pido su apoyo. “

 

Aquí toda la info del evento

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