5 estilos de yoga clásico que querrás conocer/ probar

Por admin_feliz | 10 de enero 2019
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Los clásicos

Hatha Yoga. La madre de todos los estilos que se practican en occidente. Es bastante lento y suave, perfecto para principiantes, con un equilibrio entre el control de la respiración (pranayama) y las posturas físicas (asanas).

Vinyasa. También denominado flow vinyasa, es una de las vertientes más populares aquí. «Los movimientos son fluidos y se acompasan al ritmo de la respiración. De este modo, con la respiración adecuada a las distintas secuencias de su tradición, cada persona hace su propia práctica, pudiendo ser más vigorosa, implicando todas las articulaciones. Las sesiones se realizan con música variada: desde sones devocionarios al funk más optimista», apunta Mili Lazcano, directora de Shambala Yoga Urbano. Al poner el foco en la respiración, es el antídoto perfecto contra el estrés, a la vez que tonifica el cuerpo.

Bikram. Son sesiones de 26 asanas y otras dos de respiración, ejecutadas en clases de hora y media y en una sala a 40° y con un 40%-50% de humedad. «El calor suaviza la rigidez muscular y reduce el riesgo de lesiones. Al sudar mucho también se eliminan toxinas», señala Jonathan Martín, profesor y socio fundador de Bikram Yoga Spain. El padre de esta disciplina es el gurú Bikram Choudhury. Invitado por el presidente Richard Nixon a EE UU para que le ayudara con su tromboflebitis, acabó quedándose a vivir en Los Ángeles, donde fundó un emporio de franquicias que hoy llega a todo el mundo.

Ashtanga. Secuencias rápidas, físicamente muy exigentes y sin posibilidad de pasar a la siguiente si no supera la que está ejecutando. Su gran divulgador fue Pattabhi Jois, desde su estudio en Mysore, al sur de India. Cada participante sigue su rutina en función de sus capacidades y solo pasa a la siguiente cuando el profesor determina que está listo.

Iyengar. Una de las tendencias más ortodoxas con la parte física: las asanas hay que ejecutarlas con perfección milimétrica. Así lo interpretó a principios del siglo pasado B.K.S. Iyengar. Prepárese para que el profesor le corrija constantemente la postura hasta lograr la correcta alineación de los hombros, el punto exacto de torsión del antebrazo o la elongación (estiramiento) máxima de cada asana. A cambio, ganará mayor rango de movimiento e incrementará su fuerza muscular.

Kundalini. La escuela perfecta para quienes no buscan el perfil físico del yoga (los estiramientos, para entendernos), sino la esencia espiritual. Su filosofía es simple: la energía vital es una serpiente que duerme enroscada en la parte baja de la columna vertebral, así que para despertarla hay que ejercitarla (el core). Este despertar no es aeróbico, sino acompasado a movimientos repetitivos (kriya), ejercicios respiratorios, mantras, cánticos y meditación. Todo con el fin de que esa energía fluya por la espina dorsal y los siete chakras (centros de energía).

Nota publicada originalmente en Buena Vida de El País



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