Walk this way

En estos últimos meses me la he pasado leyendo sobre mindfulness intensamente, escuchando charlas de Ted, practicando sus herramientas. Una de las fórmulas para meditar que he practicado y que fue una de las primeras que me enseñaron se trata de caminar en meditación.

Caminar y meditar se puede hacer. Sí, señor. De hecho, pensemos que sólo el caminar es un acto de celebración: cuando somos bebes y aprendemos a dar nuestros primeros pasos, somos el motivo de orgullo de padres y parentela.

Entonces si el acto de caminar es tan vital, porque no hacer de ese actividad una con significado.

¿Qué necesitas? 

10 minutos de tu tiempo.

tus piernas

Un espacio donde caminar.

¿Cómo hacerlo?

 

Toma una postura erguida y distribuye tu peso sobre tus pies, siente el contacto con el suelo.

Mete el dedo gordo de tu mano izquierda entre los demás dedos, deja que éstos lo envuelvan, deja que tu mano derecha se pose sobre la primera, permitiendo que el dedo gordo de la mano derecha encaje en el espacio que se crea sobre la mano izquierda.

Así conseguimos más equilibrio y evitamos que nuestros brazos se balanceen de un lado al otro y nos distraigan.

Enfoca tu mirada hacia abajo y da el primer paso con tu pie izquierdo, primero posando el talón sobre el piso, luego el resto del pie. La idea es llevar la atención hacia el acto de pisar y la sensación que éste acto despierta en ti. Luego, continúas con el pie derecho.