Viajar para vivir

A estas altura Analucía lleva más de 300 días viajando, desde que decidió literalmente tomar la decisión más valiente de todas: renunciar a todo y comenzar una vida donde el apego no es bienvenido.

De hecho, el llevar una mochila sobre su espalda no le permite cargar demasiado: así que sus compras se han hecho bajo una sola regla de equilibrio físico, la mochila pesa 17 kilos así que si compra una cosa, regala otra.

Pero, ¿cómo una chica que trabaja en un puesto regional para una empresa internacional, decidí romper su rutina de esa forma? ¿Por qué no? No había nada absolutamente que la apegara a este territorio ( y su familia siempre estará al otro lado de la pantalla).

Así que sin más, armó una mochila – sólo con cosas básicas y ropa para 10 días- y hasta planificó un mapa de ruta, se compró su primer ticket de avión y hasta ahora no para. ( Si se preguntan cómo nosotros, ¿cómo se hace para vivir sin trabajar? Ana Lucía ahorró durante varios años y cuando puede, toma trabajos fugaces).

¿Cómo decides cuál será el próximo destino? Dejo que mi instinto me llevé. Ya no sigo rutas ni nada programado; sólo mi intuición y mis ganas de quedarme en algún lugar.

¿Cuál ha sido el lugar que más te ha enseñado? Sonará a cliché pero definitivamente la India es un viaje a tu interior, descubrí que los prejuicios son quizás una de nuestras mayores limitaciones para crecer como personas.

¿En qué sitio sentiste mayor libertad? En la Isla de Bormeo, no pensaba llegar ni siquiera hasta allí pero una vez que pisé ese lugar: todo verde, todo naturaleza, me sentí parte de todo y con una extraña sensación de que no importara lo que pasara, todo tenía sentido.

¿En qué lugar cometiste tu peor locura? Se ríe: tendría que ser en Tailandia. Es un país increíble pero donde también puedes dejarte llevar fácilmente.

¿De qué lugar guardas más recuerdos? Del Sudeste Asiático porque es realmente otro mundo, nada parecido a  tu vida.La gente súper amable, las prioridades completamente distintas.

¿Adónde te has querido quedar a vivir? Me pasa con frecuencia en los lugares que visito.

Los mejores anfitriones los encuentras en Tailandia. Sin hablar el mismo idioma, los pobladores de los pueblos que visitaba me abrieron sus corazones de una forma no esperada.

¿En qué te ha cambiado esta experiencia? Me he convertido en una persona sin prejuicios, más agradecida, más conectada conmigo misma. Nos andamos quejando por cosas de las que ni remotamente nos deberíamos quejar. Tenemos que vivir agradecidos de vivir.

Un consejo que ayudaría al resto: si quieres conocer la verdad sobre las cosas; descúbrela por ti misma y así podrás ser feliz.

Le pedimos que compartas las 10 fotos que representan sus momentos icónicos de toda la experiencia. Las demás las pueden encontrar en su web, si quieren seguir acompañándola.