Sin planes

Por Lorena Salmón | 15 de abril 2016
7 Comentarios

 

Por Alexandra Vernal

Nunca he sido de quedarme en un lugar mucho rato. Por alguna razón, siempre he tenido esta necesidad casi fisiológica de escaparme de Lima cada vez que puedo. Lima es una ciudad linda (cuando quiere), pero igual, siempre he sentido que tengo que recargar mis energías afuera, haciendo cosas que me llenan, para poder aguantar (o sobrevivir) otra semana de colegio/ universidad / chamba en la ciudad.

 

Desde que empecé a navegar windsurf, a los 15 años, mis amigos saben que no pueden contar conmigo para cualquier tono/ reu/ evento que caiga sábado, y que el viernes seguramente me voy a ir a dormir temprano para estar pilas al día siguiente. En esa época, me iba a Paracas cada fin que podía. Con los años, los viajes fueron potenciándose, evolucionando y transformándome, tanto por las ganas de explorar y aprender, como por la compañía de buenos partners de aventura– como con Caro, que fuimos creciendo en cada viaje (y volviéndonos raras a nuestra manera).

 

Entre viajes a campeonatos y viajes por carretera, de backpacker, de estudio y de chamba, me la pasé ahorrando sólo para invertir en gasolina o en pasajes, mi mochila siempre estaba semi- hecha, y la web de LAN se volvió mi página de inicio. Mis cuadernos se fueron llenando de cálculos de gasolina, kilómetros, tiempos de viaje y rutas para planes tentativos. Siempre tenía un plan para el fin de semana o para las vacaciones, para el futuro próximo y para viajes soñados (como Canadá, Nueva Zelanda o Tanzania). A raíz de esto, el año pasado se me ocurrió empezar un blog para contar sobre algunas de las rutas que hice, pero luego tuve que adaptarlo a mis nuevos planes locos…

 

La historia es esta: hace 7 meses decidí mandarme a la nada y comprarme un pasaje de ida a Nueva Zelanda. Renuncié a una muy buena chamba con harta posibilidad de crecimiento, me morí de miedo, me creí más loca de lo que suelo creer que soy, pero así, con todo, me fui. Me fui, a ver qué tal me iba, a probar algo nuevo; y también a ponerme a prueba, a descubrir de qué soy capaz por mi cuenta. A vivir experiencias buenas y malas, y a aprender de cada una. Me fui, buscando encontrarme.

Y me fui sin planes.

Las cosas han venido fluyendo como quisieron. Si me gustaba un lugar, me quedaba, y si no, me movía. Cuando necesité plata, conseguí chamba; cuando quise viajar, me fui.

En este tiempo, he viajado y vivido en una combi sola durante dos meses, he trabajado en un hotel a cambio de alojamiento, he pasado un verano mágico navegando windsurf y corriendo tabla, he vendido bratwurst en un festival, y he cosechado camotes en una chacra durante 5 semanas.

He visto más amaneceres de los que puedo contar, caminado en paisajes que me pusieron la piel de gallina, y sentido el cansancio en cada fibra de mi cuerpo. He leído al menos unos 20 libros, aprendido harto e mecánica, conocido a gente increíble, bailado y cantado a todo pulmón, y conversado con ovejas. He llorado y he gritado, de felicidad y de frustración.

He hecho cosas que jamás me hubiera imaginado estar haciendo hace un año!!! Jamás me habría atrevido a viajar sola por carretera, para empezar. Mucho menos a dormir sola en mi carro, en playas de estacionamientos, en pampas alejadas de la ciudad, en playas preciosas, en montañas heladas. Jamás habría podido soportar saber que estoy en el medio de la re-nada, a horas de distancia caminando de la civilización, a merced de la naturaleza. No me habría mandado a entrar al mar con olas grandes y probado saltar lo más alto posible en windsurf . Y mucho menos, no me habría atrevido a mostrarme como soy con personas que acabo de conocer, sin hacerme bolas sobre lo que pueden pensar sobre mi, a pedir ayuda a desconocidos, ni a aceptarme tal cual, con mis locuras, defectos, traumas y virtudes.

He tenido los días más felices de mi vida. No sólo por estar viajando en un país precioso o por hacer cosas nuevas a cada rato, sino sobretodo porque todo se ha ido armando solo. Cuando vine, no sabía bien qué iba a hacer, a dónde iba a ir, a quién iba a conocer, nada. Todo ha sido demasiado incierto, siempre.

Y ha sido deliciosamente increíble vivir de esta manera hace tanto tiempo.

Pensar que tu futuro es incierto puede dar miedo. Durante algún tiempo, cuando me encontraba en esa situación, me preocupaba bastante por saber qué haría (al graduarme, al renunciar). Y sí, es un poco incómodo, raro, y me siento tentada a armar planes y tener todo definido con tal de salir de esa incertidumbre cuanto antes.

Pero, a la vez, que mi futuro sea incierto me hace saber que estoy viva, más viva que nunca. Que cada paso que doy determina el siguiente paso, que mi camino aún no está marcado, que nada está dicho.

Es una sensación muy rica el poder casi tocar todas las posibilidades que hay!! Todo es posible, toda decisión es correcta y toda experiencia es valiosa. Qué loco, qué paja, qué increíble momento de mi vida, donde todo es tan incierto!

No, aún no sé qué es lo que quiero. Aún no sé bien quién soy, ni he llegado a mi ideal personal. Pero me gusta pensar que ando por buen camino. Que la versión que soy hoy, es la mejor que he tenido hasta ahora. Y sí, sí me preocupa un poquito el no saber qué voy a hacer en dos semanas (literal), y sí trato de hacerme ideas de dónde quiero estar en un par de meses. Me gustaría conseguir una chamba de mi carrera, o tal vez empezar un postgrado, o tal vez regresar a Lima a fin de año.

Pero a la vez también se que estas ideas pueden y van a ir cambiando, mutando o desapareciendo. Y que sea lo que sea que decida hacer en ese momento, va a ser exactamente lo que me toca vivir para llegar a donde tengo que llegar. Que las cosas se van a ir dando y todo va a salir bien.

Al final, la clave está en disfrutar el camino, esperar siempre lo mejor, y estar siempre dispuesto a aprender. De lo bueno, lo malo, lo lindo y lo feo. Porque creo realmente que venimos a este vida a ser felices, y que no necesitamos de mucho para serlo.

Tal vez sólo sea necesario dejar de planear tanto las cosas, y empezar a vivirlas.

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7 Responses to “Sin planes”

  1. Julia Cheryl Gonzales Castillo dice:

    Hola me parece genial tu iniciativa muy pocos son las personas que dejan todo por buscarse ellas mismas o hacer lo que nos llena
    Éxitos, bendiciones y vibras!!
    Siguenos contando 🙂

  2. Yessica Femenia dice:

    Inspirador! Envidiable! Increíble! Audaz! Así eres… Aprovecha este tiempo y sigue siendo feliz, no todas las personas tienen esa valentía! Sigue viviendo y disfrutando que ya llegará el momento en pensar en mañana…. Todo cae solo y se acomoda!

    Besos!
    Yessica

  3. Silvia dice:

    WOW… siempre recuerdo cuando tu papi y tu mami vinieron a visitarme contigo, creo que no tenias un mes aun; super linda. Te felicito por la aventura increible y el valor mas increible que tienes. Si aun no has visitado Canada y decides hacerlo… yo vivo en Alberta. Realmente que maravilloso que estes viviendo lo que para tantos otros termina siendo solo un sueño.

  4. romina dice:

    hola! una amiga me paso este link, estoy a punto de viajar tambien sin rumbo sin planes sin miedos y con muchas ganas! gracias por compartir

  5. Jose peña dice:

    Es hermoso disfrutar el dia a dia, porq mañana no sabras si estaras aqui para vivirlas. Siempre es importante mirar el futuro cuando sabes lo que quieres para tu vida, aun disfrutando y viviendo aventuras inciertas porq todo ello es parte de un crecimiento emocional.

  6. Cinthia Anlla dice:

    Hola! qué increíble todo lo que estas viviendo…Pienso tambien como tu, que necesitamos buscarnos para encontrarnos, necesitamos esos tiempos y esas aventuras. Todavia no tengo los recursos para irme pero sé que yo tambien me iré a buscarme. Gracias por la inspiración

  7. Cinthia Anlla dice:

    Hola! qué increíble todo lo que estas viviendo…Pienso tambien como tu, que necesitamos buscarnos para encontrarnos, necesitamos esos tiempos y esas aventuras. Todavia no tengo los recursos para irme pero sé que yo tambien me iré a buscarme. Gracias por la inspiración

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