¿Quieres ser feliz? Haz jardinerÃa
Por admin_feliz | 10 de enero 2019
Mientras que los expertos en salud mental advierten sobre la depresión como una epidemia global, otros investigadores están descubriendo formas en que desencadenamos nuestra producción natural de sustancias quÃmicas felices (en nuestro cerebro) que mantienen a raya la depresión, con resultados sorprendentes. Todo lo que necesitas hacer es ensuciarte los dedos y cosechar tu propia comida, es decir, hacer jardinerÃa. La jardinerÃa es una de las terapias más benéficas para estos fines. ¿Quieres saber más cómo funciona esto? Sigue leyendo que más abajo conocerás básicamente la razón de esto.
Un ‘subidón’ de serotonina haciendo jardinerÃa
Ensuciarse las manos en el jardÃn puede aumentar tus niveles de serotonina: el contacto con el suelo y una bacteria del suelo especÃfica, Mycobacterium vaccae, desencadena la liberación de serotonina en el cerebro de acuerdo con investigaciones. La serotonina es un quÃmico feliz, un antidepresivo natural y fortalece el sistema inmunológico. La falta de serotonina en el cerebro causa depresión.
Irónicamente, frente a nuestra sociedad de ropa higiénica, germicida, protectora y obsesiva de salud y seguridad, ha surgido una gran cantidad de investigación interesante en los últimos años sobre cuán buena es la suciedad para nosotros, y la deficiencia de suciedad en la infancia es implicada en contribuir a un amplio espectro de enfermedades, incluidas las alergias, el asma y los trastornos mentales.
Quizás, ahora ya tienes una idea de por qué te gusta hacer jardinerÃa compulsivamente sin guantes, y la sensación de meter las manos desnudas en la tierra o el montón de compost.
Cosechar te eleva la dopamina
Otra investigación interesante se refiere a la liberación de dopamina en el cerebro cuando cosechamos productos del jardÃn. Los investigadores plantean la hipótesis de que esta respuesta evolucionó a lo largo de casi 200,000 años de cazadores recolectores que, cuando encontraban comida (recolectada o cazada), un flujo de dopamina se liberaba en el centro de recompensa del cerebro desencadenando un estado de dicha o euforia leve. La liberación de dopamina puede desencadenarse por la vista (al ver una fruta o una baya) y por el olor, y también por la acción de arrancar la fruta.
La transferencia contemporánea de esta función cerebral y de elevación de la dopamina, ahora se ha reconocido como el proceso biológico en juego en la adicción de los consumidores o el trastorno compulsivo de compras. Por supuesto, las grandes corporaciones minoristas están utilizando los hallazgos para aumentar las ventas al provocar desencadenantes de dopamina en sus entornos y publicidad.
Articulo publicado en la vida lúcida.