No te critiques mamá

Por Gabriela Llosa

Desde que soy mamá me gusta mucho leer artículos sobre crianza, sobre todo los que hablan de los retos de las mamás que trabajan: muchos testimonios me inspiran, en otros me reconozco, otros me mueven. Ayer leía un post super compartido y «likeado» en facebook que hablaba de la renuncia
permanente de las mujeres a diferentes cosas para ser capaces de cumplir sus múltiples roles. El artículo hablaba de la disyuntiva de las mujeres jnyyque deben decidir entre trabajar o quedarse en casa con sus hijos. Pienso que las mujeres que tienen la opción de decidir si trabajar o no, son una
minoría privilegiada.
A lo largo del post, se repetían varias veces que estas mujeres estarían abandonando a sus hijos si deciden trabajar y la verdad que se me removía un poco el estómago, porque crea un sentimiento de culpa innecesario, además que me parece machista y retrógrado. Una mujer que trabaja no renuncia a sus hijos, nunca renuncias a tus hijos, a no ser que decidasabandonarlos. Uno puede trabajar y también criar a sus hijos. No por no estar 24/7 estás renunciando, ni a ellos, ni a su crianza. Para la mayoría de mujeres del mundo, decidir trabajar o no, no es una opción. Tienen que trabajar porque es la única fuente de ingresos de su familia, o porque se necesitan dos ingresos para pagar cuentas, colegios, hipotecas, deudas, y me parece mezquino decir que ellas están renunciando a sus hijos.
Hay mujeres que se sienten plenas y realizadas dedicando 24 horas al día a sus hijos, manteniendo linda su casa, yendo a las clases de fútbol y ballet, llevando y recogiendo a sus hijos todos los dias del colegio. Y la verdad qué bien por las que lo hacen y se sienten satisfechas porque
aportarán positivamente al mundo y serán una buena influencia para sus hijos.

Hay otras mujeres que, además que necesitan trabajar para tener la vida que quieren, les gusta y se sienten valiosas y contentas teniendo logros profesionales. Aman a sus hijos y se sienten muy bien cuando se van trabajar. Hay otras que no necesitan la plata que les daría un trabajo, pero sí lo necesitan para crecer y sentirse más completas y plenas como seres humanos. No se me ocurre criticar a ninguna.

 

Al final se trata de encontrarnos, de ser fieles a nosotras mismas, buscar la satisfacción personal, el bienestar emocional para ser una influencia positiva para nuestros hijos, y tener relaciones saludables con la gente que queremos y necesitamos. No renunciamos a nuestros hijos cuando trabajamos.

Siempre los priorizamos frente al trabajo. Hacemos malabares para estar ahí en los
momentos más importantes para ellos. Organizamos sus días para que estén todo el tiempo bien cuidados, acompañados y contentos, así que por favor dejen de decir que las mamás que trabajamos renunciamos a nuestros hijos.

Es más cierto decir que tenemos un dia a día un poquito complicado y a veces nos gustaría que las cosas fueran más fáciles para poder trabajar, estar con nuestros hijos, pasar tiempo con nuestra pareja, ver amigos, viajar, hacer deporte, leer, invertir tiempo en nosotros, etc. Renunciamos
a tener todo lo anterior tanto como quisiéramos, pero nunca, renunciamos a
nuestros hijos.

 

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