Ella regala su corazón enseñando

Estefania Welch tiene 28 años, un corazón gigante y la convicción de que la educación, una educación de calidad, es la única manera de que como sociedad, seamos capaces de reconocer y trabajar por lo que realmente cuenta: la oportunidad de aportar a nuestro mayor reto como país.

Estudió Administración en la Universidad de Lima y luego de graduarse, se convirtió en parte del genial programa Enseña Perú que lo que busca es a jóvenes como ella para que durante dos años se comprometan activamente con la educación del país: sólo necesitas las ganas de compartir lo que aprendiste en la universidad, postular y decidir de qué forma quieres ayudar.

Estefanía, por ejemplo, es profesional EnseñaPeru en la zona de Cajamarca- la organización Enseña Perú trabaja en diferentes zonas vulnerables del país-.
Junto con otros 7 profesionales que tienen como objetivo mejorar a la comunidad, generar un efecto multiplicador y estoy más segura de que depende de todos nosotros como sociedad asumir un compromiso real para hacerle frente. Si bien recibe un sueldo de docente, esta limeña ha decidido dos años vivir alejada de su zona de confort y familia ( suerte que su novio, comparte la misma idea y también es parte del programa).

Esta mujer valiente y de corazón gigante vive de lunes a viernes en una casa de una familia de la localidad donde trabaja y cada lunes se levanta a las 4 de la mañana para caminar o esperar que alguien, si tiene suerte, le de un aventón a su centro de trabajo ( las zonas más vulnerables del territorio). Durante los fines de semana, vive en la ciudad con los compañeros del programa en un departamento que comparten.

¿Cómo es un día tuyo regular?
Mi día empieza a las 07:00 am. Tomo desayuno, hago una pequeña rutina de ejercicios/baile, escucho un audiolibro mientras ordeno mis cosas, materiales y alisto el salón para recibir a los niños. Los niños suelen llegar a las 08:30 para tomar desayuno, luego formar e iniciar las clases a las 09:00 am, hasta las 05:00 pm.
Luego de terminar las clases voy al salón al cual llega señal wifi desde la antena que instaló una empresa como donación (acá no llega señal de celular), ahí puedo acceder a internet en mi laptop y celular. La señal es lenta, pero me ayuda a mantenerme comunicada.
En la noche, la familia que me da posada me invita para cenar y compartir el calorcito de la candela. Después de comer, suelo regresar un rato al salón en el cual estaba trabajando, hasta que el frío me avisa que es hora de continuar trabajando en la cama tapadita con varias frazadas.

¿En qué momento te diste cuenta que EnseñaPerú podría ser una posibilidad?
Cuando estaba estudiando en la universidad tuve la oportunidad de hacer prácticas pre profesionales en EnseñaPerú. El poder involucrarme en el proyecto, conocerlo a fondo, trabajar con un gran equipo y asumir las responsabilidades que me confiaron, me reconectaron con mi sueño de niña de ser profesora y con lo que considero mi vocación.

¿Cuál fue el factor que te llevó a tomar una decisión tan madura, sacrificada y altruista con tu tiempo?
Saber que el deseo de ser mejores como humanidad no cambiará nada, sino tomar la decisión y pasar a la acción, eso es lo que necesitamos y para hacerlo realidad debemos dar lo más valioso que tenemos, nuestro tiempo.

¿Qué ha crecido en ti?
Ahora entiendo mejor el gran reto educativo de nuestro país y estoy más segura de que depende de todos nosotros como sociedad asumir un compromiso real para hacerle frente. Se ha fortalecido mi vocación para trabajar con niños y acompañarlos en su formación, han crecido mi paciencia y mis habilidades de comunicación efectiva en distintos niveles; me conozco mucho más, he aprendido y reaprendido diversas formas de conectar y liderar, desde lo más sencillo y esencial, porque desde ahí podemos transformar.

¿Qué ha sido lo más difícil por lo que has tenido que pasar?
La visión de uno se amplía al reconocer y pensar en todos los docentes que muchos años de su vida pasan este tipo de dificultades, en contextos más retadores en muchos casos. El romper paradigmas y cambiar mentalidades respecto a la educación que los niños y niñas se merecen, sin miedo, sin violencia, reconociéndola como un derecho, son los mayores desafíos adaptativos, y es para afrontarlos que el mejor equipo de lucha se forma con los niños y niñas, empoderados, con autoconfianza para comunicar, derribando sus propias mentalidades, es un desafío de todos los días y el que representa una real transformación.

¿Recomendarías a todos que experimenten algo así como lo que tú estás experimentando?
Creo que es una experiencia de mucho aprendizaje, a nivel personal y profesional, una maestría de vida. El reconocer y enfrentarte a tus propias mentalidades y costumbres, mientras conoces contextos diferentes, a mí me ha permitido sentirme más libre, reconectándome con lo sencillo y conmigo misma, más agradecida y dispuesta. Sí lo recomiendo, con mucha responsabilidad, principalmente porque en EsneñaPerú nos confían y nos comprometemos con la educación de niños, niñas y jóvenes.