Dime qué te duele y te diré qué emoción
Por Lorena Salmón | 9 de febrero 2017ArtÃculo extraÃdo de Neuroemocional
La metamedicina, también llamada medicina metafÃsica, busca ir más allá de la medicina tradicional. Para ello, trasciende el plano fÃsico -el cuerpo y sus sÃntomas- para buscar las causas psicológicas o espirituales de la enfermedad. Recupera asà la dimensión de la mente y el alma. Se basa en una visiónholÃstica que considera que las dolencias son producto de nuestros patrones de pensamiento o creencias.
El corazón representa el amor, la sangre y el júbilo.
Este órgano se alimenta del amor para bombear júbilo por nuestras venas. Al privarnos de estos dos sentimientos, el corazón se enfrÃa y la circulación se vuelve perezosa. Asà llegan la anemia, la angina de pecho y los ataques cardÃacos. Para evitar las enfermedades cardÃacas, debemos lograr hacer a un lado los problemas en los que nos enredamos cotidianamente para disfrutar de los placeres de la vida.
Los oÃdos representan la capacidad de escuchar.
La espalda: nuestro sistema de apoyo.
Cuando tenemos problemas con ella, es porque no nos sentimos apoyados. La parte superior de la espalda se relaciona con la sensación de falta de apoyo emocional. La parte media, con la culpa, lo que ocultamos y no queremos ver. Puedes ver conflictos emocionales de la espalda: Cervicales, Dorsales, Lumbares.
La garganta: la capacidad de hacernos valer y el flujo creativo en nuestro cuerpo.
Se vincula con nuestra capacidad de defendernos verbalmente, de pedir lo que queremos y expresar lo que somos. Si está afectada, suele ser porque no sentimos que tengamos derecho a hacer esas cosas, es decir, a hacernos valer. También representa el flujo de creatividad en nuestro cuerpo. Cuando frustramos y sofocamos nuestro potencial creativo, es frecuente que aparezcan los sÃntomas. Es el caso de aquellas personas que viven complaciendo a otros. El dolor de garganta siempre se asocia con un enojo, siendo su máximo exponente la laringitis, enfermedad en la que la bronca es tal que no se puede hablar. Si el dolor va acompañado por un resfrÃo, es porque además hay confusión mental. La amigdalitis y los problemas tiroideos también son creatividad frustrada que no encuentra cómo expresarse.
Cuando nos resistimos al cambio, o estamos intentando hacerlo, es frecuente que tengamos mucha actividad en la garganta. Cuando tosas, pregúntate: ¿Qué es lo que se acaba de decir? ¿A qué estoy reaccionando? ¿Es resistencia y obstinación o se está produciendo un proceso de cambio?
El exceso de peso y los temores
Representa una necesidad de protección vinculada tanto a temores especÃficos como a un miedo general a la vida. La mejor manera de combatir la obesidad no se encuentra en las dietas, si no en aprender a amarse y aprobarse a uno mismo. Al contrarrestar los pensamientos negativos, es posible resolver el problema del peso.
Las hinchazones del cuerpo, por su parte, representan atascos en el estado emocional. Estos son producto de aferrarnos al recuerdo de situaciones que nos hirieron. Librarnos de esas memorias puede ayudarnos a resolver estas dolencias.
Las piernas: el miedo al progreso.
Como son lo que nos mueve hacia adelante, los dolores en esta parte del cuerpo suelen señalar un miedo a avanzar o una renuncia a seguir andando en una dirección. Las venas varicosas indican que estamos en un trabajo o un lugar que nos enferma. Cuando esta afección aparece, las venas pierden su capacidad de transportar energÃa.
Las rodillas, como el cuello, se relacionan con la flexibilidad. Cuando avanzamos, nos da miedo inclinarnos y nos ponemos tiesos porque no queremos cambiar nuestra forma de ser. Asà se vuelven rÃgidas las articulaciones. Las rodillas tardan en curarse porque lo que está en juego es nuestro yo. Cuando tengas problemas con ellas, pregúntate de qué estás justificándote y ante qué te estás negando a inclinarte.