Chau miedo

Todos tenemos miedo. De escuchar hacia adentro y dejar que lo que tenemos guardado salga. Muchas veces nos tapamos los oídos para ni siquiera escucharnos. O nos taponemos con tantas otras  anestesias que dejamos dormido eso que late dentro.

Cuando comenzamos este proyecto, no podía mirar hacia otro lado que no sea adelante. Si me detenía a pensar en todo lo que dejaba atrás al cerrar la gran puerta de lo que hice en el pasado (renunciando a una identidad que ya había construido) , no hubiese sido posible remar hacia ningún  otro lado.

Todos tenemos miedo al cambio. No es fácil romper con las estructuras que nos sostienen, con nuestras costumbres, con nuestra comodidad, con nuestro sistema de creencias. Pero si no nos armamos de valentía y decisión, ningún sueño hecho realidad existiría. Y estoy convencida de que todos tenemos el poder de conseguir que nuestros sueños se materialicen.

Necesitamos, claro, determinación y enfoque: no podemos dejar que nuestra energía se drene hacia otros canales que no sean hacia adonde hayamos puestos nuestra mirada e intención.

Todos tenemos miedo a decir lo que en realidad creemos. No es necesaria la polémica para poder comunicar lo que pensamos. Simplemente hay que encontrar el canal y la manera de expresarlo, porque tarde o temprano esas palabras se quedan atoradas a la altura de la garganta y muy adentro de nuestro corazón. Una bomba de tiempo.

Hagamos uso de nuestro poder de comunicación. Tengo la suerte de no tener ningún tipo de vergüenza de ser sincera en lo que comunico y comparto. Creo que en cierto modo, es un valioso don: poder poner aunque sea en palabras, el mensaje que quiero compartir. (Aunque acabo de borrar todo el post que originalmente escribí).

Todos tenemos miedo al intento y más que al intento al fracaso. Pero, es la acumulación de fracasos los que nos permiten encontrar una primera victoria. La de vencer nuestros miedos. Sí, así: hay que cerrar el ciclo vicioso del miedo fracasando.

Desde que comenzamos este proyecto hemos tocado un sin fin de puertas con el ánimo de encontrar aliados que quieran sumarse a nuestra iniciativa de generar más felicidad. Y, ¿saben qué? Nos han cerrado ya tantas puertas que no sé si reír o llorar. Quizás es el primer indicador de que vamos por buen camino: esa acumulación de respuestas del tipo;  no nos interesa estar de su lado.

Todos tenemos miedo de dejar que sea nuestra intuición la que mande. De escuchar al corazón, a los latidos que se aceleran cuando pensamos en eso que creemos que es lo que deberíamos estar haciendo en vez de estar en un lugar que no nos da felicidad.

Hace tiempo leí una de esas tantas frases motivadoras que decía: si no te gusta el lugar donde estás, muévete, no eres un árbol.

Y aquí estoy yo, con mucho miedo, sobre cómo mantener a flote un nuevo proyecto, pero convencida de que esto es lo que quiero. Lo que queremos. Queremos ser un canal que genere y contagie no sólo felicidad, sino también ganas de cambiar, de reflexionar, de encontrar lo que no nos damos la oportunidad de buscar.

Nunca he sido de buscar un adivino para que me predique el futuro  ( a lo máximo alguna vez quise que me leyeran el I ching) pero el tan sobreestimado miedo a la incertidumbre, me tentaron. Claro, a quisiera yo que en las cartas me digan como en Rimac, todo va a estar bien.

La verdad, no lo sé. Pero sé que ahorita comanda mi corazón y mi corazón, como el de todos los que son parte de Queseasmuyfeliz, late fuerte y seguro en la convicción de que este es el camino que queremos seguir.

Lo vimos en las caras de los chicos que bailaron la otra noche en esa primera intención nuestra de salirnos de una web para hacer las cosas bien y reales, palpables ( La fiesta de Prom que realizamos para el colegio  Mi Nuevo Perú en Manchay). Lo vimos y lo sentimos: de hecho, nuestra primer correo una vez finalizada la prom fue:  Y, ¿ahora qué toca hacer?

Seguir avanzando, sin miedo, porque hacia allí nos manda ese músculo sabio, y vital: hacia la conquista de nuestros sueños.

Que sean todos muy felices.

Tags: corazón, intuición, motivación