Cada mañana cuando despierto, sonrío

Cada mañana cuando me despierto sonrío.
Hace un año, de un momento a otro, estuve muy cerca de irme de este plano. Un dolor de cabeza insoportable fue el inicio de un cambio radical en mi vida.

Me descubrieron un aneurisma en la cabeza y en pocas horas mi mundo cambió.

Desde que fui mamá me tenía prohibido morirme, pero ese día, mientras me daban la noticia que me tenían que operar de emergencia porque era muy grave, yo sentí que me iba a morir y no había ninguna ley de prohibición de muertes que lo pudiera evitar.
Por algún motivo (en realidad muchos motivos) todo estaba bien, por fin mi dolor iba a terminar.

Mi vida entera pasó como una película frente a mi. Sentí paz. Sabía que le había dado a mis hijos y a mi familia lo mejor que podía hacer, darles amor. Sabía que ellos se quedarían en buenas manos con su papá y que tenían unos abuelos maravillosos que siempre estarían presentes en sus vidas. Eso era más que suficiente para mi.

Me operaron y no morí, al día siguiente, me volvieron a operar y otra vez no morí. A esto le siguió un mes entero de recuperación, visitas, sueños, medicinas, dolor, lágrimas, agradecimiento y aprendizaje.

Mucha gente diciéndome que tenía una gran misión, que había sobrevivido para hacer algo importante y que ahora tenía muchos años por delante. Qué responsabilidad para mi!!!

Después de un año entero, me acuerdo de todo lo que viví y aunque no lo quisiera repetir, ni se lo deseo a nadie, no cambiaría nada, sin esa experiencia no sería la que soy ahora.

Cuando me despierto, sonrío. Siento el agua en mi cara y agradezco tanto!
Cuando veo el mar me siento feliz, cuando estoy con mis hijos es el paraíso, los disfruto.
Este último año aproveché al máximo todo, no es que haya volado en parapete ni que haya subido al Huascarán, simplemente cada instante de mi vida es sagrado para mi.
He aprovechado tanto a mis hijos, hablamos mucho, los preparo para que vivan sin mi, les doy herramientas para que puedan seguir solos, para que sepan lo importante que son y todo lo que son capaces de hacer. Les hablo tanto que a veces los harto, quiero que aprovechen y agradezcan todo lo que la vida les da, porque son privilegiados.

Hoy soy terapeuta y cuando veo a mis pacientes sufriendo por cosas que para ellos son muy importantes yo pienso – si supieras que lo único que necesitas para ser feliz es darte cuenta que estás vivo y lo tienes todo: respiras, caminas, ves, hablas, tienes comida, casa, familia, gente que te quiere. eres un ser perfecto así como eres, perteneces a un mundo maravilloso, eres amor.
Nada te puede dañar porque eres espíritu y el espíritu es intocable.-

Pero esa es mi experiencia y cada uno debe vivir su propio proceso de aprendizaje. La vida es una experiencia maravillosa dependiendo de cómo la quieras tomar.

El aneurisma sigue adentro relleno de titanio. Yo no sé si viviré muchos años más o no. Sólo sé que disfruto cada día como si fuerael último. Mi única misión aquí es ser feliz y tratar de servir a los demás, nada más, si de algo te sirve para darte cuenta que ser feliz depende únicamente de ti, que bueno, valió la pena todo.