Dar un paso atrás, también es avanzar
Por admin_feliz | 11 de noviembre 2015Hace dos semanas cumplí 30 y la pasé mal (aquí pueden leer un poquito más de mi reacción inicial: http://bit.ly/1WlEQXB). Pero gracias a un taller al que me mandó la chamba hace un tiempo atrás, además de otras cosas, aprendí que puedes tomar dos posturas frente al cambio: ser víctima o ser protagonista. Así que después de sentirme bastante mal, decidí afrontar las situaciones en las que me encontraba (como haber terminado con mi enamorado) y cambiar.
Pero acá viene el problema… Y es que cambiar “es imposible”, todo el mundo lo dice!
Yo estaba listísima para ser una mejor persona, me había propuesto como 5 cosas que quería lograr de inmediato, y de hecho después de mandar la nota, sentía que ya era otra persona. Pero pasaron los días y me iba olvidando de lo que me había prometido… Yoga! Hoy arranco yoga… pero tuvieron que pasar dos semanas para ir a mi primera clase (ayer). Ahorro! Dejé de comprar Starbucks un mes y así pagar mis clases de yoga, pero me fui de viaje el fin de semana y tarjetié como loca (ropa y zapatos obvio)… De ahí ¡Chau gaseosa! Pero no me aguanté y me di el gusto de tomarme una Coca Cola helada y hermosa.
Hace un par de días (obvio que domingo en la noche, sola metida en mi cama) empecé a dar mil vueltas porque de verdad quería ser una nueva persona y ya! Pero no lo estaba logrando, otra vez me estaba boicoteando. No entendía porque hace dos semanas estaba encaminadísima y ahora me daba cuenta que estaba de nuevo en 0. Claro, es que la gente no cambia.
Pero como es la vida, que nos manda personas en el momento perfecto y el consejo preciso. Conversando con una de mis mejores amigas, me dijo dos cosas que quiero compartir porque me han hecho respirar: La primera es que las cosas que se logran rápidamente son CAMBIOS, pero cuando se hacen despacio y de manera consciente, son una TRANSFORMACIÓN.
Me gusta esa palabra: Transformación. Me ayuda a entender lo que estoy viviendo… (y me da esperanza!).
Lo otro que me dijo es que no sea tan dura conmigo misma. Voy a usar un par ejemplos de mí día a día (algo que me propuse en la nota pasada): dejar las gaseosas. ¿Una coca cola en dos semanas además de haber aprendido a tomar agua (ya voy dos semanas donde todos los días me tomo dos botellas de agua) vs. antes que me tomaba una Inca Zero casi todos los días y nada de agua? Está bien!!!!! No me debería sentir mal por la coca sino bien por el cambio a agua!
Otra cosa que he logrado es dejar de quejarme tanto. Me siento mal, cargada de negatividad cuando lo hago porque siento que retrocedo pero es importante que admita que soy consciente que lo estoy haciendo menos! (Y me ayuda que mi familia sea quejosa al mango, porque hacen que yo no quiera ser así ni estar en lugar con ellos cuando se ponen así).
También quiero reconocer que estoy más metida en mi negocio propio. Estas últimas dos semanas he hecho más por mi marca que en los últimos dos años… Y lo más importante: me ha hecho sentir orgullosa 🙂
Sentir Orgullo. Es una palabra bien paja, voy a empezar a decirla en las mañanas!
¿Conclusión? Dar un paso para atrás no es excusa para renunciar y ser “víctimas” frente al cambio. Y que poco a poco, podemos lograr una transformación en nosotras mismas. TRANSFORMACIÓN. Verán que se van a sentir orgullosas de sí mismas al igual que yo, algo que vale un millón de veces la pena 🙂
Todo en esta vida toma su tiempo, te felicito por pararte en responsabilidad ante tu vida y no mostrarte como victima, con la constancia todo se convertirá en nuevos habitos y sentirás que todo fluye 🙂 un abr4zo!