Sigue tu corazón

Por Lorena Salmón | 3 de agosto 2016
9 Comentarios

13166074_10208979866308941_441764273790413797_n

Por Paola Mautino

Muchas veces me preguntan por qué hago atletismo. Las respuesta más fáciles son “porque me gusta”, “porque mi papá me lo inculcó desde pequeña, “porque tengo objetivos importantes”. Pero en lo profundo, hay mucho más que eso. Cosas que nadie ve, que valen mucho más.

En la pared de mi casa, hay colgadas muchas medallas. No sólo mías, también hay muchas de mi papá. Hace poco me di cuenta de que no sabía de qué campeonato eran, ni de qué año, ni si eran nacionales o internacionales. Mi papá nunca me lo ha contado, y yo nunca me he parado a mirarlas con detenimiento. Ahora, después de mucho pensar, sé por qué.

Las medallas son sólo una parte de hacer deporte; si bien es cierto luchamos por obtenerlas, la mayoría de las veces, a los pocos días terminan colgadas en algún lugar, o al poco tiempo están en algún cuadro. Las medallas no son lo más importante de hacer deporte, y por eso mi papá nunca me cuenta sobre ellas.

Lo que sí me ha contado, son las experiencias y las anécdotas que vivió. Cómo hizo un viaje en bus de tres días (tres para ir y tres para volver) para competir en Santiago de Chile. Cómo, estando a muy poco de ganar los cien metros en un campeonato sudamericano, se lesionó y quedó tercero. Cómo logró ganar un campeonato nacional en Huancayo, luego de un viaje por tierra larguísimo, y de cambiarse en un restaurante en el camino para poder llegar a tiempo. Cómo le ofrecieron jugar fútbol en un equipo de Italia, y lo rechazó porque quería seguir corriendo. Cómo logró conocer a leyendas del atletismo mundial, y las conversaciones que tuvo con ellos. Ahí lo entendí.

Entendí que por eso yo recuerdo muchas cosas más valiosas que todas las medallas que gané (y también las que no pude ganar). Y también entendí que lo que te motiva debe venir desde muy adentro, desde el fondo de tu corazón, y ser absolutamente inmaterial.

Por eso es que recuerdo la primera vez que vestí el uniforme de Perú en una competencia, y sentí que había hecho algo grande.

Recuerdo a mi mamá llevándome a todos los entrenamientos, y quedándose a verlos todos los días cuando era pequeña.

Recuerdo cuando trabajamos durante más de un mes con el equipo de postas, yendo y viniendo de provincia, para poder batir el record nacional. Y cuando, habiendo quedado en el último lugar de esa competencia, celebramos como si hubiésemos ganado al lograr ese record.

Recuerdo cuando lloré desconsoladamente por no poder ir a los Juegos Sudamericanos por una lesión, y pasé dos días en mi cuarto lamentándome. Y cómo me recuperé y pude ir al Campeonato Iberoamericano, más tarde ese año.

Recuerdo el abrazo con mi papá luego de ganar los Juegos Bolivarianos.

Recuerdo los aplausos de la tribuna, antes y después de cada salto, durante el campeonato sudamericano.

Ver a mi mamá llorando de la emoción en la tribuna después de verme ganar o hacer un record; sentir el orgullo de mi papá diciéndome que he logrado mucho más de lo que esperaba; la emoción de mi hermano mientras vive mis competencias como si fueran suyas; mi entrenador sabiendo que ese logro fue tan suyo como mío; mi familia diciéndome que soy su orgullo; mis abuelos de más de 90 años en la tribuna aplaudiendo junto a mis tíos y primos; mis amigas y amigos del colegio yendo a verme en mis competencias importantes; las personas que me felicitan en Facebook, que ni siquiera me conocen, pero que se toman el tiempo de resaltar mis logros. Eso es lo más importante para mí. El cariño que recibo de tantas personas es lo más lindo y lo que más recuerdo de cada momento que vivo.

Gracias al atletismo, he vivido los momentos más felices; he llegado a tocar el cielo. Pero también he caído hasta tocar fondo por la tristeza y frustración. Por esas experiencias, aprendí que todo enriquece, todo es una lección. Yo agradezco cada éxito y cada fracaso, porque todos ellos me han llevado a comprender qué es lo que vale del deporte, y a construir poco a poco una historia llena de felicidad gracias a él.

Tags: ,



9 Responses to “Sigue tu corazón”

  1. Carolina Gallardo de Díaz dice:

    Lo máximo Paola, emocionantee!!

  2. Anónimo dice:

    Lindo mensaje Pao, descubrir aquello que nos mueve en la vida y valorarlo no tiene precio

  3. Carlos Tirado dice:

    Gracias Paola por compartir esto.
    Es en verdad, la familia y los amigos, los que hacen la vida más hermosa. Si pues, las alegrías y tristezas dan sentido a la vida y nos ayudan a madurar… a ser mejores.
    Adelante, a seguir viviendo y disfrutando cada momento de la vida, que Dios te bendiga mucho y es mi oración que sigas tocando vidas a través de lo que más te apasiona…. la vida y el deporte.
    Saludos desde Sudáfrica =)

  4. leonor arrieta Pongo dice:

    La Pasion que pones a lo wue haces es nuestro Orgullo

  5. maggie dice:

    Felicitaciones Pao!! Lo bueno, lo malo es parte de la vida!! Lo importante es nunca rendirse y siempre luchar por lo que te gusta. Que orgullo para tu familia!! A tu mami la conozco del Banco Latino una gran mujer!! y no me equivoco porque tiene a una hermosa familia!! Me encanto lo que escribiste sobre todo xq refleja lo gran hija, hermana, sobrina,.nieta, prima,.amiga, mujer, etc..que eres..que.sigan los exitos!! Los mereces por tu esfuerzo y dedicacion.

  6. Ana Parodi Gastañeta de Palomino dice:

    Con la sencillez de los grandes relatas con todo ese amor de tu linda familia, el apoyo es tan importante y deseo que sigas aumentando tu progreso no son las medallas, es ese gran corazón, ese gran amor, y los peruanos te agradecemos..un beso y muchos abrazos de una abuelita peruana.

  7. Angelica dice:

    Gran mensaje! Un abrazo y sigue tocando yo cielo llenándonos de orgullo!

  8. fernando enriquez dice:

    Ana Parodi Gastañeta de Palomino, muy buenas tardes, leí tu comentario en esta pagina – https://itahisa.info/2013/05/10/el-olvidado-origen-del-dia-de-la-madre/ – y me gusto mucho. Te podria preguntar si alguno de tus 4 hermanos es padre de 17 hijos como lo fue tu abuelita por favor ???

  9. ana parodi gastañeta de palomino dice:

    Disculpa nunca te contesté mi abuela solo tuvo 2 hijos y los nietos ninguno mas de 5 y mis nietas son 3 a pesar de tener 4 hijos…creo que fue el tiempo, las guerras mundiales primera y segunda y la guerra con chile que ayudó y también el respeto a mi bisabuela. A pesar de ser Coronel de Cáceres el ejerció su carrera de farmacéutico y tenia su farmacia..que tiempos aquéllos, se andaba en barco , en tren o en caballos. Mis saludos gracias.

Deja un comentario