Magia para coldplay

Esta es la historia de la vez que hice magia para siete niños, cuatro músicos ingleses, Jessi, dos abuelos y una ganadora del Oscar…

El lunes por la noche llegaba a Pisco para hacer un show la mañana siguiente en la Planta N°2 de Aceros Arequipa cuando comienzan a llegarme mensajes de un número desconocido. una señora buscaba un show para el día siguiente, a las cuatro de la tarde y en inglés. «imposible – empiezo a responder – puedo a las…». no puedo mandar el mensaje porque ahora me llaman desde otro número. esta vez era un señor el que buscaba un show para el día siguiente, a las cuatro de la tare y en inglés». un nuevo mensaje me llega, por fin un número conocido.
«te están buscando para que le hagas el show de magia al hijo del cantante de Coldplay. no sé qué haces, pero haces ese show». Plomo.

tres y media estaba en el vestíbulo del Miraflores Park Plaza donde me esperaba Julia, dueña del primer número desconocido. sólo estuvimos juntos unos instantes pues Jessi, asistenta de Chris Martin, me esperaba en el la terraza del techo del hotel.

habían convertido el salón en una fiesta infantil. decenas de globos flotaban por el salón, dos mesas a cada lado del salón con comida me hacían recodar que no había almorzado, un piñata colgaba del candelabro central del salón, muchísimo personal de servicio nervioso por la celebración y hasta un mago adornaban el salón.

los primeros invitados en llegar fueron dos abuelos. la señora que tomó asiento rápidamente, mientras que su pareja iba saludando uno a uno a todos los presentes del salón. por mí posición fui el último al que Anthony, abuelo de Moses, saludó.
luego llegó por fin Chris Martin sonriendo por la sorpresa que le habían preparado a su hijo. me agradeció, al igual que el padre, por estar ahí y me pidió empezar una vez que llegara su hijo menor. luego llegaron el resto de invitados a darle la sorpresa al cumpleañero. estaban los otros músicos de la banda con parejas e hijos, Gwynet Paltrow, la manager de la banda, Jessi y dos nanas.

de pronto veo que uno a uno comienzan a sentarse en el piso o un asiento cercano para ver el show…

«Moses – empiezo – tu papá quería al mejor mago de todo el país… lamentable estaba ocupado y me llamaron a mi». Risas generales, ya estoy en mi cancha.

luego de hacer treinta minutos más de show, de los cuarenta y cinco pactados, se me acerca Chris (porque ya somos patas) y me regala entradas para el concierto de la noche y pases para el «afterparty». me acompañó, junto a su papá, en el ascensor donde me volvieron a agradecer y felicitar por mi chamba.

volví a hablar con Chris Martin una última vez en la fiesta. sólo él se presentó a ésta. estaba yo sentado conversando de un amigo en una mesa junto a una barra de sushi cuando llegó él para comer algo también. se me acercó. le agradecí por las entradas. él me volvió a felicitar y agradecer por el show. medio la mano y volteó donde un fanático.

mi amigo me miró con los ojos abiertos y me preguntó qué acababa de pasar. yo le respondí.

«te voy a contar la historia de la vez que hice magia para siete niños, cuatro músicos ingleses, Jessi, dos abuelos y una ganadora del Oscar…

Nicolá

Casa Májika

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