Revolución para la educación

Asiri significa sonrisa en quechua y es un método de enseñanza que se desprende del sistema de educación tradicional. Asiri educa a través del amor y le da una importante espacio al desarrollo de la espiritualidad del niño y a su desarrollo integral. No se trata de una metodología sin fundamentos, tiene el respaldo de la Unesco y en el Perú un sólo colegio la aplica.

Conversamos con Ivette Carrión, creadora de este sistema.

¿Cuándo y cómo se crea Asiri?

Hace 15 años un grupo de personas nos dimos cuenta que los niños eran más despiertos, más rápidos y con más habilidades que los niños de años atrás. ¿Qué encontramos en los niños hoy en día que hace la diferencia? La sensibilidad que tienen y la capacidad de percepción. Así empezamos hace 15 años en Lima, Perú a investigar que estaba ocurriendo. La mayoría de niños que venían a vernos, pasaban por lo general consultas psicológicas, psiquiátricas y muchos de ellos entraban a un tratamiento con fármacos.

Nos dimos cuenta que había un mal diagnóstico diferencial y que no todos necesitaban de medicametnso. Nuestra labor fue comunicar lo que estaba ocurriendo.

Así lo hicimos y  en el año 2007 luego de 7 años de investigación pudimos concretar ASIRI que en quechua significa sonrisa. Esa era la palabra exacta para describir la emoción que sentían cuando le preguntábamos cómo te gustaría tu colegio.

¿Cuál es su objetivo?

El objetivo de ASIRI es que el niño y el adulto se sientan felices de lo que hacen y sean conscientes de ello. Ambos puedan coincidir en un puente de integración conjunta, donde el niño descubra el ser que es, en todas sus dimensiones, con las actividades que realiza en el colegio y el adulto pueda ser capaz de utilizar su niño sano en las actividades que hace con el niño, encontrando sentido a todo lo que realizan, encontrando su sonrisa.

¿Qué clases de dinámica se imparten?

Las dinámicas que se utilizan con los niños y adultos son desde el sentir, hacer y pensar, proponiendo Sonido, Color, Forma, triadas básicas en ASIRI. Son dinámicas muy sencillas, divertidas y lúdicas. También proponemos los Oficios ASIRI, que permiten descubrir la capacidad que tenemos para resolver desafíos prácticos. En ASIRI utilizamos ciencia, lo mejor de occidente; tierra, lo mejor de lo ancestral; y alma, lo mejor de oriente. Constituyen una triada muy potente que despierta alegría en el ser y es lo que vemos en los cursos, talleres y formaciones que impartimos.

Muy diferente a un sistema de educación tradicional

La principal diferencia con un sistema tradicional es la enseñanza holística e integradora que se les da a los chicos, en línea con las recomendaciones de UNESCO. No hay carpetas sino mesas de integración, no están sentados en fila uno detrás de otro, sino que están todo el día moviéndose, investigando, preguntando y haciendo. Hay otro momento para meditar, hacer yoga, pintar mandalas o tal vez pintar piedras. Puedes abrazar a los árboles, sacarte los zapatos en diversos momentos, puedes decir lo que sientes sin tener que esconderte, jugar diversos deportes y no llevas tareas a casa. El niño hace ciencia con conciencia.

¿Qué significa educar desde el amor?

A–mor significa sin muerte y eso es para nosotros la educación, un momento para disfrutar la vida. Educar desde el amor es poder mirar al otro, desde la escucha, desde el acompañar, desde la empatía bailando o solo en silencio. Es estar al lado, es poder mirar sin más su aprendizaje de vida e ir contribuyendo a su crecimiento, es darle ánimos para que continúe si le vence el temor o la ansiedad, es regalarle una sonrisa, una mirada, una voz que acaricia, o que dirige porque la necesita, sin juzgar. Educar para el amor es darle la posibilidad que sea un ser libre, comprendiéndose (yo soy), comprendiendo al otro (él es), trabajando en equipo (nosotros somos), aprendiendo a ser feliz.

 

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