Películas que me hicieron feliz

Por admin_feliz | 19 de noviembre 2015
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Captura de pantalla 2015-11-19 a la(s) 7.58.11 a.m.

Living in Oblivion (Tom DiCillo 1995) USA

Si hay una película que puedo ver hasta el hartazgo y no parar de reír, es Living in Oblivion (o vivir Rodando en Eshpañol de Eshpaña), cinta del genial Tom Dicillo, con extraordinarias actuaciones de Catherine Keener, Dermot Mulroney y el gran Steve Buscemi. Un viaje sicotrópico al extraño mundo de los rodajes, con una de las escenas más memorables sobre el hacer del cine: mientras el sonidista graba un ambiente y todos hacen silencio, los sueños y aspiraciones de cada personaje comienzan a salir a la luz. Una joya.

 

Bienvenido Mister Marshall (Luis García Berlanga, 1953 – España)

La sátira política y el humor negro que maneja Berlanga es para toda la vida y supera con creces a cualquier comedia contemporánea. En un pueblito olvidado de España llamado Villar del Río, se enteran de que está apunto de llegar el Señor Marshall (En realidad es una comitiva norteamericana del Plan Marshall para reconstruir la Europa de post guerra; de allí la confusión). El Alcalde Don Pablo, el entrañable actor José Isbert, decide junto a las autoridades del pueblo, darle un extraordinario recibimiento a ese tal mister Marshall, pensando que los americanos traerán dinero e inversión a la región. Y es el divertido actor Manolo Morán (Manolo en la película), el “marketero” responsable de hacer este gran agasajo a punta de disfraces y canciones. Una sátira inolvidable y una obra maestra de la cinematografía española.

 

Aquí una famosa cita del excelentísimo alcalde de Villar del Río: “Como alcalde vuestro que soy, os debo una explicación, y esa explicación que os debo, os la voy a pagar”. No, no es un político peruano.

 

Little Miss Sunshine (Jonathan Dayton y Valerie Faris, 2006 – USA)

Esta multi premiada película dirigida por los esposos, videocliperos y publicistas Jonathan Dayton y Valerie Faris, es tal vez una de mis comedias favoritas de los últimos años. Con un guión casi perfecto (bravo Michael Arndt), esta road movie familiar cuenta la historia de la familia Hoover y su apurado viaje para que la menor de sus hijas, la pequeña Olive, llegue al concurso de Belleza Little Miss Sunshine. Llena de risas, emoción, llanto, y con un soundtrack inolvidable, esta comedia reflexiona sobre el éxito y las relaciones familiares. Mención aparte son las actuaciones soberbias de absolutamente todo el crew: Alan Arkin, Abigail Breslin, Tony Collette Steve Carrell, Greg Kinnear y Paul Dano.

 

El Ángel Exterminador (Luis Buñuel, 1962 – México)

Cada vez que pienso en El Ángel Exterminador, me acuerdo de lo increíble que era ir a la filmoteca de Lima (lo que ahora es parte del Mali) y descubrir películas y directores de todo el mundo que no podías ver en ningún otro lugar (no había las pelis caletas de Polvos Azules en el pasaje 18). También me acuerdo de lo impactado que salí después de ver esta joya del cine. ¿Se puede hacer literatura en el cine? – fue lo que pensé al salir y desde ese entonces Luis Buñuel se convirtió en uno de mis héroes cinematográficos. La Historia de El Ángel Exterminador es muy simple: Luego de una cena aristocrática, los comensales no pueden salir de la mansión a la que han sido invitados. No hay nada que los detenga, pero por una razón inexplicable, todos se quedan allí. Los días pasan y estos señoritos burgueses comienzan a olvidar sus buenos modales y se convierten en auténticos salvajes. Un película con un humor esperpéntico que me tentó a ser cineasta.

 

La Historia Sin Fin (The Never Ending Story, 1984)

Esta película dirigida por Wolfgang Petersen (el mismo de Troya) cuenta las aventuras de un niño “bulleado” llamado Bastian (Barret Oliver), quien descubre su valentía a través de un libro mágico que lo lleva hasta la tierra de Fantasía. Es allí que conoce a personajes inolvidables como el buen Atreyu (Noah Hathaway) el dragón Falcor, la Emperatriz Infantil (Tami Stronach), o la Vetusta Morla,   y se convierte sin saberlo, en el héroe que Fantasía necesita para combatir a la nada y evitar la destrucción de este mundo mágico. La vi en el cine Alcázar en 1984 y por mucho tiempo jugué a ser Atreyu o Bastian indistintamente. Años después, descubrí el libro de Michael Ende del cual se basa la película y volví a enamorarme de La Historia sin Fin. Pronto la veré con mi hija mayor. Y volveré a ser feliz.

 

 

 

 

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