La mujer y la luna

Por Lorena Salmón | 10 de julio 2017
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Hoy tenemos Luna Llena. Potente y poderosa, rigiendo al Signo de Cáncer, en cuyo escenario nos desenvolvemos hasta el próximo 21 de julio. Momento de honrar a esta hermosa luminaria con el pensamiento de esta semana.

Como primer planeta visible, la Luna se ha ligado con la sensibilidad, emocionalidad, y la forma de expresar nuestro afecto. Contempla el protector vínculo materno desde el mismo proceso de su gestación. Siendo el planeta más rápido del zodiaco, determina nuestro comportamiento rutinario. En la rueda zodiacal la referimos a la Casa 4, que conecta con nuestras raíces, territorio o país, nuestra comunidad, familia, y hasta llegar a identificar a nuestros padres y a nuestra interacción con ellos.

Desde la más remota antigüedad, ha estado asociada a la esencia misma de la mujer, y de sus ciclos mentales y espirituales. Nuestros aborígenes los concertaban, en rituales de fecundidad y de creatividad. Atendiendo la velocidad de 29.5 días para dar su vuelta a la tierra y a la rueda zodiacal, los ciclos menstruales de la mujer eran perfectamente coincidentes con los ciclos lunares.

En la época en que nos regíamos por la luz natural, el día y noche originales, los ciclos de las mujeres eran regulares, con ovulación en la luna llena y menstruación en la luna nueva. Hoy, con la luz artificial, sumados a una rutina y alimentación desordenada, estos ciclos se han vuelto irregulares e incontrolables.

Hablemos algo de estos ciclos lunares, y de sus cuatro fases de aproximadamente siete días cada una:

LUNA NUEVA: Aquel momento en que la luna desaparece, al estar en conjunción con la tierra, donde solo podemos apreciar el aro generado por la luz solar. Es el momento ideal para iniciar desde la reflexión, para sembrar, para gestar. El momento ideal de comenzar el ciclo al depositar la semilla en la tierra.

CUARTO CRECIENTE: Iniciado el recorrido hacia la luna llena, encontramos la mitad de la luna iluminada. Empieza el crecimiento, el desarrollo, la expansión y la acción hacia el punto máximo de su pública exposición. Es el momento de desarrollar, aportar, sumar, continuar con la idea y propósito mensual.

LUNA LLENA: En la expresión máxima del cuarto creciente, llegamos al plenilunio. El escenario cumbre para exponer la culminación de proyectos, ideas, expectativas. Su alta condición vibracional en donde la ansiedad, sensibilidad y emocionalidad se conjugan, en una extraña sensación de alteración o ansiedad.

CUARTO MENGUANTE: Decreciendo su luminosidad hasta la luna nueva, pasamos por el cuarto menguante. Funcionamos hacia una dirección interior, disminuyendo la energía creativa, para concluir procesos. Es el momento de desprenderse de los excesos, de eliminar, de desintoxicarnos, de entregar.

El ciclo lunar es el más rápido de todos, y tenerlo presente da la oportunidad de subirnos a un rápido e inmediato escenario desde donde atender nuestros procesos personales. Siempre recomiendo a mis consultantes esta, tan sencilla y productiva sincronización. Una buena siembra y una mejor cosecha. Un buen ciclo lunar para todos. Es un placer servirles. Con cariño.

SAMMY WALDMAN

ASTRÓLOGO.

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