¿Ensalada o Torta de Chocolate?

Por Lorena Salmón | 28 de diciembre 2015
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Hace algunos años, llegó a mi consultorio una clienta. Era una mujer todavía joven, de unos 40 años aproximadamente, con un semblante agradable pero con 60 kilos de sobrepeso. Había luchado 20 años para bajar de peso, pero no lo conseguía y por la enésima vez llegaba a buscar ayuda donde un profesional. ¿Qué había intentado? Lo había intentado todo: operaciones, psiquiatra, psicólogo, imanes, terapias alternativas, todo.

Empezamos la sesión y como siempre, empecé a conocer al ser humano que tenía delante, en un intento por descubrir cuál era el problema desde mi punto de vista. El objetivo estaba claro: quería bajar por lo menos 40 kilos para empezar. Teníamos que descubrir y definir la estrategia para conseguirlo pero sobretodo, teníamos que descubrir qué le estaba impidiendo alcanzar su meta.

Al poco tiempo, la niebla se difuminó y el cielo estuvo claro cuando ella me dice: “Denise, quiero bajar de peso desesperadamente pero no quiero dejar de comer como yo quiero.” Fue en este momento, que dejé mi lapicero, apoye mis hojas sobre la mesa y le respondí: “Desgraciadamente creo que esto que me pides no va a ser posible. La solución mágica no existe, y toda decisión implica un costo de oportunidad. Cuando escogemos algo, dejamos algo. Bajar de peso tiene un sacrificio y un esfuerzo que son inherentes a la meta. ¿Estás segura que esto es realmente lo que quieres?”

Este caso me hizo reflexionar mucho acerca de nuestras metas y la voluntad para alcanzarlas. Veo a muchas personas todas las semanas, y la mayoría viene con una idea de lo que quiere alcanzar. Sin embargo, ¡no lo consiguen! ¿Por qué? ¿Por qué a la mayoría de personas les cuesta mucho mantenerse motivadas para alcanzar sus metas? Piensa en ti ahora. Piensa en tus metas, que es lo mismo que tus anhelos, tus sueños, lo que quieres alcanzar. O inclusive piensa en lo que quieres evitar, ya que esto también puede ser un motivador. La clave es conseguir que nuestras acciones se mantengan sostenibles en el tiempo lo suficiente para alcanzar lo que anhelamos. Para lograr esto, necesitamos mantenernos auto-motivados en el transcurso del tiempo. Lo que le sucede a la mayoría de personas es que pierden la motivación con el tiempo y poco a poco caen en un patrón o círculo vicioso que los desmotiva y aleja de sus sueños.

Según Wikipedia, la motivación deriva del latin motivus o motus, que significa causa del movimiento; es un estado interno que activa, dirige y mantiene la conducta. Nos ayuda a alcanzar nuestros sueños o a alejarnos de situaciones que queremos evitar. Normalmente se ha asociado a la motivación como “energía positiva”, aunque también emociones negativas como el miedo, la rabia o la culpa nos pueden motivar a la acción. Por ejemplo, si es que queremos bajar de peso, y somos conscientes de lo culpables que nos vamos a sentir después de comernos esa torta de chocolate, quizás el sentimiento de culpa sirva como motivador (a corto plazo) para evitar comernos la torta completa.

Como seres humanos contamos con tres facultades que quiero mencionar brevemente. La primera es la inteligencia. La inteligencia es aquella facultad de la mente que permite aprender, entender, razonar, tomar decisiones y formarse una idea determinada de la realidad. En el caso de mi clienta, por ejemplo, es con su inteligencia que ella sería capaz de aprender y entender cuáles son lo alimentos saludables que sí puede consumir, y cuáles son aquellos que debe evitar para que este conocimiento la ayude a tomar una decisión inteligente.

Una vez que tome consciencia de este hecho, es con la segunda facultad que podrá elegir: la libertad. Los seres humanos somos libres de elegir. Todos los días tomamos decisiones, inclusive muchas veces sin ser conscientes de ello. ¿Eres consciente de que tomaste la decisión de levantarte de la cama esta mañana? Podrías haber decidido quedarte en tu cama, todo el día, sin bañarte, sin comer, sin lavarte los dientes. Cada minuto, cada segundo, estamos eligiendo. Y cada elección implica algo que dejamos por eso que elegimos. Por ejemplo, si decido levantarme de la cama, dejo de escoger la opción de “marmotear” todo el día en piyama y en vez de eso elijo ir a trabajar. Si decido comer la ensalada, automáticamente estoy dejando de elegir comerme el tacu-tacu o la torta de chocolate.

Y por último, la tercera faculta es nuestra voluntad, que es la capacidad humana para decidir con libertad lo que se desea o lo que no se desea. Es aquí donde quisiera detenerme para explicarles por qué creo que nos cuesta tanto elegir con voluntad lo que realmente anhelamos y mantenernos auto-motivados. Depende de nuestra escala de valores y nuestras motivaciones intrínsecas o internas.

¿A qué me refiero con nuestra escala de valores? De una forma muy amplia, quisiera referirme a todo aquello que para nosotros es valioso o importante. Sabemos que existen distintos tipos de valores, como por ejemplo valores humanos, valores morales, valores éticos. Algunos valores morales por ejemplo son: el respeto, la perseverancia, la humildad, la solidaridad, la generosidad, la prudencia, entre muchos otros. Sin embargo, estos nos son todos los valores a los que me quisiera referir. Para efectos de mi explicación, cada ser humano va construyendo su propia escala de valores a lo largo de su vida, la cual podría incluir conceptos como: la abundancia (reflejada en dinero o posesiones materiales), el placer, la satisfacción inmediata, etc. Estaría considerando una escala de valores mucho más amplia que la “tradicional” y es esta nueva escala la que realmente será la fuente de las decisiones que tomes con libertad. Recuerda que cada decisión que tomes, estás escogiendo algo y dejando otra cosa. En otras palabras, nuestras decisiones muchas veces ponen en conflicto dos valores. Les doy un ejemplo:

Si mi clienta escoge comerse la torta de chocolate, ¿qué valores creen que están detrás de esa decisión? Puedo intuir que podrían ser valores como: el placer, la satisfacción que le produce a sus sentidos en ese momento, disfrutar el presente a plenitud. Estos conceptos son valiosos e importantes para ella en ese momento y toma la decisión con libertad al comerse la torta. Pensando en el placer a corto plazo y satisfacción inmediata. Esos son los valores que elije.

Si mi clienta escoge NO comerse la torta de chocolate y elige comerse una ensalada en vez, ¿qué valores creen que están detrás de esa decisión? En este caso podría estar eligiendo postergar su satisfacción inmediata por la satisfacción que le dará en un futuro a mediano plazo sentirse competente y capaz de no caer ante la tentación de comérsela. Este sentido de competencia es un motivador intrínseco que le permitirá mantenerse auto-motivada. Otro valores detrás de esta opción podrían ser: el amor propio, el respeto a su cuerpo, la tolerancia a la frustración que le genera no comérsela, y la prudencia.

En resumen, cada vez que tomamos una decisión con voluntad y libertad, ¡estamos eligiendo entre dos valores! Nos tenemos que preguntar: ¿Cuánto realmente quiero esta meta? ¿Lo suficiente como para sacrificar un valor por otro?? ¿Qué es más importante para nosotros? ¿Estamos dispuestos a sacrificar el corto plazo por el largo plazo? ¿Ensalada o Torta de Chocolate?

Te invito de todo corazón a que descubras tus valores y que vivas con inteligencia, libertad y voluntad tus valores más importantes! Estos te mantendrán auto-motivada durante un periodo sostenible en el tiempo. ¡El “motivo” (léase un valor) que te lleva a la acción tiene que ser lo suficientemente atractivo para ti para mantenerte decidida con voluntad a alcanzar ese sueño! ¡Tú puedes!

Denise Jochamowitz es Coach Profesional, Terapeuta Emocional, Logoterapeuta y Licenciada en Educación. La puedes encontrar en Facebook como VidaCoaching / 99833-1113 / djochamowitz@vidacoaching.pe
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